REVALORIZACIÓN POLÍTICA DEL TRABAJO DOMÉSTICO

REVALORIZACIÓN POLÍTICA DEL TRABAJO DOMÉSTICO 1. Si la revalorización social del trabajo doméstico es necesaria y urgente, es evidente que más aún lo es la revalorización política. Es esta revalorización el paso necesario para que empiecen a adoptarse medidas adecuadas, sean progresivas o de gran alcance, para ir dotando al trabajo doméstico, los cuidados y la conciliación, del contexto necesario para empezar cuanto antes a revertir la disparatada situación actual. 2. La revalorización política puede ser una consecuencia de un progresivo reposicionamiento de los líderes políticos o de la revalorización social del trabajo doméstico. Aunque, por supuesto, el reposicionamiento de los líderes políticos puede, a su vez, ser la base de la adopción de medidas que faciliten un rápido avance de la revalorización social. 3. Por supuesto, debe tenerse en cuenta el posible impacto de posicionamientos personales de responsables políticos con mayor sensibilidad social o capacidad estratégica. Sin embargo, más allá de estos posicionamientos personales, es fundamental que el trabajo doméstico empiece a figurar, de una u otra forma, entre los indicadores que los votantes tienen en cuenta a la hora de valorar la gestión política desempeñada por unos u otros grupos. 4. La primera cuestión a concretar es qué es lo que debemos valorar al respecto en la gestión política. Si el punto de partida es que el trabajo doméstico es un trabajo socialmente necesario tanto para la producción actual como para la producción futura y que su minusvaloración está en la raíz del hundimiento de la natalidad y de la insuficiente atención a los dependientes, entonces parece claro que la finalidad a valorar políticamente sería incrementar el trabajo doméstico. 5. No es tan sencillo como parece porque, lógicamente, incrementar el trabajo doméstico puede significar disminuir el trabajo directamente productivo y, por lo tanto, deteriorar la evolución de los indicadores macroeconómicos que, como el PIB, se relacionan directamente con la producción actual. Pero ésta es precisamente la razón de fondo de que la revalorización social del trabajo doméstico sea tan necesaria. 6. Esto es particularmente importante porque, incluso en la limitada utilización actual de las cuentas satélites del trabajo doméstico, se tiende a considerar este trabajo como una “carga”, lo cual dificulta seriamente que, en la situación actual, planteemos objetivos políticos de aumento del trabajo doméstico. 7. Sin embargo, está implícito en el concepto de revalorización que, si pretendemos dar más valor al trabajo doméstico, es precisamente porque queremos precisamente que se le dedique el tiempo y el esfuerzo necesario, ya sea aumentando el número de horas, ya sea evitando o conteniendo su reducción. 8. De alguna forma, como veremos, podemos comparar este esfuerzo de valoración política con la consideración de la evolución del endeudamiento de la economía. La reducción de la deuda excesiva impulsa hacia abajo la producción, a pesar de que facilite la producción futura al reducir las cargas de servicio de la deuda. Precisamente por ello, necesitamos vigilar la evolución del endeudamiento de forma separada a la evolución del PIB. 9. Evidentemente, la gran ventaja que, en este sentido, tiene la valoración política del endeudamiento es su relativamente fácil medición, mientras que la cuantificación del trabajo doméstico todavía no ha alcanzado ni el nivel de concreción ni el nivel de difusión suficientes. Este documento es parte del proyecto de TEKUM sobre CONCILIACIÓN Y CUIDADOS. UN RETO ESTRATÉGICO. Gracias por tu interés. Sigue con nosotros.
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