El Cocherito - Angel d’Agostino y su orquesta tipica - Angel Vargas (1944)

Buenos Aires, 1944. El Cocherito Bailando empezó a vivir la vida de muchacho paseandero, bailarín de los primeros. Gabino, un mentado cocherito, que vivía sus andanzas en el barrio Caballito. Silbando noche a noche en una esquina a la luz de un farolito esperaba al organito, y luego cuando el tango le invitaba a bailar los entregaba empleando el corazón. Bailando en las calles, llegó el cocherito, a ser en el barrio una gran bailarin. Soñaba los tangos que el viejo organito llevaba al suburbio a hacerlo feliz. En todos los bailes que el mozo llegaba, bailando ganaba algún corazón. Su estampa porteña que tanto gustaba, por donde bailaba, recuerdos dejó. Pasaron muchos años y una noche, entre amigos y algo en copas, el muchacho les decía: ¡Les juro! que tranquilo moriría, si bailando un tango un día, me fallara el corazón.
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