Los peshmerga españoles en la lucha contra el IS

Un irregular muro de hormigón y alambre de púas jalona la carretera que atraviesa Daquq, a unos 50 kilómetros al sur de Kirkuk. Es primera hora de la mañana y nuestro anfitrión aguarda junto a los uniformados que montan guardia a las puertas del cuartel ’peshmerga’, el ejército de facto del Kurdistán iraquí. “Bienvenido“, esboza Simón mientras alarga la mano. Por primera vez un medio español accede a las instalaciones y les acompaña durante 24 horas. Enfundado en su uniforme castrense, el padre de familia cincuentón que se oculta bajo su nombre de guerra se convirtió a principios de año en el primer español en enrolarse en un destacamento kurdo. “Espero no ser también el primero en caer“, bromea. “Decidí venir porque es imposible permanecer impasible al genocidio que se está perpetrando contra las minor
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