La mejor forma de desacreditar las reivindicaciones y los movimientos agrarios es poniéndoles una etiqueta política.
Cierto es que las personas tenemos ideologías, pero los movimientos agrarios son apartidistas, porque ni la PAC, ni los acuerdos comerciales, ni el riego, ni los fertilizantes, ni las frutas, ni las verduras son de izquierdas o de derechas.