CUANTOS MENOS HIJOS TENEMOS MAS BARATOS SOMOS
1. A la hora de examinar la evolución económica de Occidente durante las últimas décadas, es sorprendente cómo tantos analistas esquivan con una llamativa habilidad el impacto del hundimiento demográfico. Se ha esquivado sistemáticamente el impacto negativo mientras este hundimiento demográfico se producía, para empezar a sacarlo a relucir cuando ya es una realidad casi imposible de corregir. Aún más llamativo resulta cómo se ha evitado analizar el impacto “positivo” a corto plazo de este hundimiento demográfico.
2. La caída de la natalidad tiene efectos positivos evidentes a corto y medio plazo. Por un lado, hace posible la incorporación masiva de la mujer al mercado de trabajo aumentando drásticamente la provisión de mano de obra barata, auténtica obsesión de los malos empresarios. Y también aumentando la mano de obra en su conjunto, lo que facilita lógicamente el incremento de la producción. Un factor fundamental para paliar la caída de la economía occidental en los años 70, con el fin de la “Edad Dorada” de la posguerra.
3. Por otro lado, a corto plazo, el hundimiento demográfico tiene un doble impacto positivo y negativo para los ciudadanos. Al permitir la incorporación masiva de la mujer al mercado de trabajo aumenta los ingresos por unidad familiar y, consecuentemente, la capacidad adquisitiva de las familias. Como contrapartida, la carga laboral de las mujeres se incrementó drásticamente, colocando a cientos de millones de mujeres en una situación de sobre-explotación laboral con semanas de trabajo de 80, 90 ó 100 horas. En conjunto, la carga de trabajo se incrementó en 40 o 45 horas semanales por unidad familiar.
4. Pero el impacto positivo sobre el incremento de la capacidad de consumo tiende a agotarse en el tiempo. La razón es precisamente que, cuantos menos hijos tenemos, más baratos somos. Y ello se debe a que el nivel de las necesidades socialmente básicas por trabajador se reduce significativamente. Si en los años 60 un trabajador mantenía a 5 personas, ahora debe mantener exclusivamente a 1,6.
5. Puesto que el salario medio ya debe mantener a menos personas, se reduce el importe de satisfacción de las necesidades socialmente básicas por trabajador. Esto significa que los trabajadores están dispuestos a trabajar por salarios más bajos. Y que la capacidad reivindicativa de los trabajadores en su conjunto, como es lógico, se reduce significativamente. Como tiende a reducirse la sindicalización. A medio plazo, aunque los salarios reales no se reduzcan, tienden a crecer sistemáticamente por debajo del crecimiento de la productividad. Y este efecto de contención o reducción relativa de los salarios tiende a prolongarse precisamente hasta que los salarios se acercan al nuevo nivel de satisfacción de las necesidades socialmente básicas, que los trabajadores tienden a defender con todas sus fuerzas.
6. A largo plazo, el hundimiento demográfico es un desastre social, económico y político para cualquier sociedad. Pero, a corto y medio plazo, supone un auténtico regalo para los empresarios. O, si se prefiere, para los malos empresarios.
Éste es un documento elaborado por EKAI Center dentro del Proyecto GOGOZ, siguiendo la metodología de consenso HURBIL. Gracias por tu interés. Sigue con nosotros.
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2 months ago 00:11:46 1
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