CUANDO UN HOMBRE PAGA SUS DEUDAS, FRATERNIDAD ROSACRUZ DE MEXICO, DOMINGO DE SERVICIO DEVOCIONAL.

PREGUNTA NUMERO 15 LIBRO PREGUNTAS Y RESPUESTAS TOMO 2 Cuando un hombre paga sus deudas, cuida de su familia y vive aquí una vida moral, ¿no se encontrará bien en el más allá? Respuesta: No, se necesita algo más, y hay muchas personas de esa creencia que pasan un tiempo nada envidiable en el mundo del Deseo después de la muerte. Hay que considerarlas, por supuesto, desde el punto de vista de esta vida solamente, pero actualmente tenemos que cultivar por lo menos algunas tendencias altruistas para poder progresar más allá de nuestro actual estado evolutivo. Encontramos a las personas que han descuidado sus deberes superiores en la cuarta región del Mundo del Deseo después de la muerte. Allí está el hombre de negocios que dio cien centavos por un dólar, que trató honestamente a todos, que trabajó por el mejoramiento material de su vida y de su país como buen ciudadano, que pagó buenos sueldos a sus empleados, que trató a su esposa y a su familia con toda consideración, dándoles todas las ventajas posibles, etc. Puede hasta haber construido una iglesia, o por lo menos haber hecho donaciones muy liberales con ese objeto, o puede haber fundado bibliotecas o institutos, etc. Pero no se ha dado a sí mismo. Se interesó por la iglesia sólo por el nombre de su familia o por su propia respetabilidad; no dio su corazón, pues éste lo tenía todo en sus negocios, para ganar dinero y alcanzar una posición social. Cuando entra en el Mundo del Deseo después de la muerte es demasiado bueno como para ir al Purgatorio y no es suficientemente bueno como para ir al Primer Cielo. Ha tratado con justicia a todo el mundo y no ha hecho mal a nadie. Por consiguiente nada tiene que expiar. Pero tampoco ha hecho ningún bien que le permita vivir en el Primer Cielo donde se asimila el bien de la vida pasada. Por consiguiente va a la cuarta región que es el centro del Mundo del Deseo y el sentimiento es allí más intenso; el hombre siente todavía un agudo deseo de negocios, pero allí no hay nada que vender o comprar, así que su vida transcurre en la más horrenda monotonía. Todo cuanto dio para iglesias, institutos, etc., no cuenta por nada debido a su falta de corazón. Únicamente cuando damos por amor servirá nuestra donación para traernos la felicidad en el más allá. No la suma que dimos, sino el espíritu que acompañó al presente es lo que vale; por lo tanto, está en el poder de todos el dar beneficiando así a otros y a sí mismos. El dar dinero indiscretamente, sin embargo, puede hacer que una persona se haga indigente y dependiente de nosotros, pero dándole la simpatía del corazón, ayudándole a creer en sí mismo y a comenzar nuevamente con renovado ardor cuando han fracasado, dándonos nosotros mismos en servicio de la humanidad, nos juntamos un tesoro en el cielo y damos más que oro. Cristo dijo, “el pobre está siempre con nosotros“. No podremos quizás llevarlos de la pobreza hasta la riqueza, y esto puede ser que no fuera bueno para ellos, pero podemos animarlos a aprender la lección que hay que aprender en la pobreza; podemos ayudarlos a mirar mejor la vida, y a menos que el hombre que se encontrara en la posición indicada por el preguntante no haga esto también, no se encontrará “muy bien“ cuando muera; sufrirá esa terrible monotonía con objeto de que aprenda que debe hacer en su vida algo de verdadero valor, y de esta suerte en las vidas subsiguientes su conciencia lo impulsará a hacer algo mejor que juntar dólares, si bien no descuidará por eso sus deberes materiales, porque eso es tan malo como el olvidar los esfuerzos espirituales. En Amoroso Servicio Centro de Estudios de la Sabiduría Occidental Mexico Domingo 07/04/24 Exponente Paola Idrovo
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