Las protestas del sector agropecuario alemán muestran el verdadero estado del mundo

Ayuda a echar a andar el Año del Nuevo Paradigma para toda la Humanidad. Diálogo semanal con Helga Zepp-LaRouche Miércoles, 10 de enero de 2024. Envía tus preguntas para la señora Zepp-LaRouche a: questions@, en inglés; preguntas@, en español Antes se entendía que los gobiernos existían para el beneficio de la vida de su pueblo, y se esperaba que promulgaran programas a tal efecto. Las guerras imperiales y geopolíticas, y otros despilfarros por el estilo, se consideraban, con razón, desviaciones de la verdadera misión del gobierno: a saber, hacer avanzar a su nación y a su pueblo hacia un mejor futuro. El caso de Alemania ha sido quizá el más extremo. Ha pasado de ser la potencia industrial más avanzada del mundo a mediados del siglo pasado, a convertirse en una sombra de lo que fue, tras haber cerrado sus centrales nucleares y su acceso al gas y el petróleo rusos. De manera muy obediente y arrastrada, Alemania se ha mostrado más leal a los dictados del “orden basado en reglas“ y a “volverse verde“ (algunos de los murmullos del poder amorfo imperial), incluso cuando su propio pueblo sufre las consecuencias. Esto llegó al colmo de lo absurdo cuando los angloamericanos volaron los gasoductos Nord Stream el 26 de septiembre del 2022, cortando para siempre una de las líneas energéticas esenciales más importantes de Alemania con Rusia en la que habían invertido años y miles de millones de dólares en construir. Esto fue aún más embarazoso cuando el Presidente Biden admitió, ante el Canciller Scholz en una rueda de prensa conjunta, que, de hecho, “pondría fin a todo esto“ (refiriéndose al gasoducto). Alemania está hoy, junto con la mayoría de las “democracias“ occidentales, lanzándose de cabeza a una guerra mundial termonuclear contra Rusia y China, y alineándose en un caso de complicidad criminal en el genocidio en Gaza, y todo eso, mientras se arruina pagando por ello.Y gracias a los efectos del bombardeo del Nord Stream en los precios de la energía y al compromiso generalizado con las políticas “verdes“, los productores de alimentos de Alemania han llegado a un punto en el que ya no pueden sobrevivir. Todo esto, y no se oye ni una palabra de oposición. Es en este contexto en el que hay que ver el estallido esta semana de manifestaciones a escala nacional en Alemania. No se trata de una protesta contra los subsidios a los combustibles o los impuestos, ni de un estallido de ira de la extrema derecha. Se ha desatado una revuelta, y en este caso se han unido a los manifestantes otros productores de toda Europa para exigir algo mejor, para exigir un futuro. En una conversación con sus asociados, Helga Zepp-LaRouche insistió en que este acontecimiento es “algo increíblemente importante en Alemania, porque varios de los líderes agrícolas dijeron muy claramente que tuvieron el valor de dar un paso al frente, de defender no solo los intereses de los agricultores sino de toda Alemania frente al gobierno, que muchos de ellos calificaron de basura total... y ahora muchas voces están señalando cómo toda la política agrícola no la hace el gobierno sino Silicon Valley, Wall Street, BlackRock y los cárteles internacionales“. Así que estoy bastante segura de que el impacto a largo plazo será que la ingenuidad que trataron de crear artificialmente como una realidad paralela a través de los principales medios de comunicación, esto ha sufrido una grieta permanente. Y haga lo que haga el gobierno... no desaparecerá“. Con la actual dinámica del BRICS-Plus recorriendo el mundo, y ahora la próxima batalla en la Corte Internacional de Justicia presentada por Sudáfrica (en la que no sólo se juzgará a Israel, sino también la complicidad de todo el mundo occidental) todo ello en el contexto de la reciente erupción masiva de protestas en todo el mundo en solidaridad con Palestina y contra la política de guerra sin fin, la oportunidad de un gran avance se hace evidente. Por lo tanto, concluyó Zepp-LaRouche, es urgente impulsar un alto al fuego inmediato en Gaza y la plena aplicación de una solución de dos Estados junto con el Plan Oasis para un desarrollo económico duradero en la región. “Pero al mismo tiempo, está claro que necesitamos un enfoque aún más integral, que tiene que ser una Nueva Arquitectura Internacional de Seguridad y Desarrollo, porque hay que superar este conflicto geopolítico cambiando la confrontación geopolítica por la cooperación entre los países del Norte Global y los países de la Mayoría Global“. ¡Acompáñanos en la creación de un Nuevo Paradigma de desarrollo y paz! Schiller Institute schillerinstitute. com Instituto Schiller es-schillerinstitute. nationbuilder. com
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