EL OPTIMISMO TÓXICO (Documental de Psicología) - La Trampa del MUNDO JUSTO y la REPRESIÓN EMOCIONAL

El optimismo tóxico es un término coloquial que designa una actitud que rebasa la líneas funcionales y adaptativas de la positividad. En este sentido, el optimismo se estaría desplegando en el contexto inoportuno, en la intensidad inadecuada, con una periodicidad excesiva, hacia el objeto-sujeto equivocado y/o por motivos absurdos. El presente documental de psicología pretende repasar algunos factores cognitivo-conductuales, fisiológicos, sociales y emocionales vinculados al optimismo tóxico: falacia de control, sesgo de correspondencia, fenómeno del mundo justo, pensamiento mágico, represión emocional, etc. ⌚ Línea temporal: 00:00-01:54 - Introducción. 01:54-07:47 - ¿Qué es el optimismo? 07:47-22:52 - Factor cognitivo-conductual. 22:52-32:28 - Factor emocional y social. 32:28-37:50 - Alternativas prácticas. 🎙️ Apoya el canal ► ​​​​​ 🤝 También puedes apoyar el canal vía: Paypal: Bitcoin: 1J8tdVXCNGRmhX1AXE43ELrocN3f41kd47 Ethereum: 1LuaK9b8hRf9w4a8dwgYxhStvH9rWX6g2v ¡Eh! ¿Nos vemos en mis redes sociales? 🎱 Tik Tok ► @ramtalks 💣 Instagram ► 💬 Twitter ► ​​​​​​​​​​ ♣️ Facebook ► ​​ 👨🏻‍💻 Edición ► A grandes rasgos, el optimismo es una actitud que refleja la creencia o la esperanza de que el resultado de algún esfuerzo específico o resultado general será positivo, favorable y/o deseable. Desde un sentido clásico, el término deriva del latín optimum, que significa mejor. Por tanto, podríamos definirlo como la espera del mejor resultado posible entre un conjunto de situaciones, alternativas o contingencias, es decir, la convicción de que las condiciones futuras funcionarán de una manera óptima, ora en el plano concreto, ora en el abstracto. Un modismo bastante común utilizado para ilustrar el optimismo frente al pesimismo es el del vaso lleno de agua hasta la mitad: mientras que un optimista ve el vaso medio lleno, el pesimista lo ve medio vacío. La cuestión que se discurre en el presente ensayo es la siguiente: ¿Qué podría haber de malo en tomar la extrema positividad por defecto, llegando incluso a convertirla en una actitud cuasi-religiosa? ¿Por qué no disponerse por entero al bienestar, incluso a sabiendas de que uno podría estar equivocado en sus juicios de hechos y valor? Pues bien sabrán ustedes si frecuentan este canal que el demonio suele esconderse en los pequeños detalles: ¿Os habéis planteado que podrían haber ocasiones en las que las personas rebasan la línea del optimismo funcional y, con ello, quebrantan los beneficios previamente mencionados?
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