Hasta siempre, maestro Escohotado

Ayer domingo a las 7:30 de la mañana murió un gigante en la isla de Ibiza, un gigante de pensamiento que no de presencia física pues la salud la tenía ya muy ajada tras ochenta largos y fecundos años dedicados en su mayor parte a aprender, a enseñar y también, por qué no decirlo, a disfrutar a fondo y sin frenos de casi todas las cosas buenas que nos ofrece la vida. Este gigante se llamaba Antonio Escohotado y tanto este programa, que escuchaba con frecuencia, como quien lo dirige están en deuda con él. En deuda, pero no de luto porque Escohotado, simplemente “Escota” para los amigos, anunció su muerte como hacían los héroes de las tragedias griegas a las que era tan aficionado, y que tantos recursos le dieron para las dos docenas de ensayos que escribió derrochando erudición por los cuatro costados. Decía no tener miedo a morir porque todo lo que tenía que hacer ya lo había hecho. En mi humilde opinión hizo
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