LOS QUE IBAN A SER LOS VALORES DEL SIGLO XXI, NO VAN A SERLO

LOS QUE IBAN A SER LOS VALORES DEL SIGLO XXI, NO VAN A SERLO 1. Con toda probabilidad, los valores del posmodernismo corporativo (posmofeminismo, catastrofismo climático, manipulación de minorías y movimientos migratorios), esos valores que creíamos que iban a ser los valores del siglo XXI, no van a serlo. 2. La razón del previsible cuestionamiento de este conjunto de valores la podemos explicar desde dos puntos de vista. Por un lado, por la propia dinámica interna de estos valores y del capitalismo posmoderno en el que se ubican. Por otro lado, por la emergencia de modelos culturales alternativos que amenazan a muy corto plazo la pervivencia de los valores del corporativismo posmoderno. 3. El posmodernismo corporativo se basa en un conjunto de valores claramente destructivos desde el punto de vista de los intereses generales, que están siendo ya determinantes en la destrucción social y económica de Europa y Estados Unidos. Una destrucción premeditadamente buscada en base a intereses corporativos que, lógicamente, sólo es sostenible si esos intereses corporativos pueden hacerse prevalecer sin oposición a través de un fortalecimiento constante del poder político, social y económico de las grandes corporaciones. 4. Sin embargo, el fortalecimiento de las posiciones corporativas en el propio sistema se ha enfrentado a dos obstáculos ya claramente identificados desde los años 90. Por un lado, un languideciente modelo económico, sólo sostenido a duras penas a través del hundimiento demográfico y el sobre-endeudamiento. Recordemos que soportes culturales de estos procesos económicos han sido claramente impulsados por los valores posmodernos, como el consumismo o el antinatalismo. Por otro lado, el desafío de Internet que, con sus ventajas e inconvenientes, y a pesar de todos los esfuerzos realizados para controlarlo, continúa siendo un instrumento fundamental para la pérdida del control ideológico por parte de la oligarquía corporativa occidental. Ni las estrategias conjuntas de grandes corporaciones y servicios de inteligencia para el control de internet a través de las redes sociales ni los esfuerzos cada vez más patéticos de empresas y gobiernos para ampliar la censura en internet han conseguido detener el creciente impacto de la red en la capacidad de los ciudadanos de interpretar correctamente la realidad. 5. Si estas amenazas intrínsecas al sistema cuestionan la viabilidad futura del sistema de valores del posmodernismo corporativo, las amenazas externas plantean retos de corto y de medio plazo. Son estas amenazas externas las que denominamos modelos emergentes y que, desde el punto de vista de la cultura y los valores, tienen en común el cuestionamiento radical de las bases del corporativismo posmoderno. 6. En primer lugar, podemos citar al populismo conservador, fundamentalmente el trumpismo pero también otros movimientos conservadores en el resto de Occidente. Se trata de movimientos de un peso creciente y que, en el caso de Estados Unidos, ya han conseguido un peso suficiente como para dividir la sociedad norteamericana más o menos al 50 por ciento, en base precisamente –aunque no únicamente- a cuestiones de cultura y valores. El rechazo de la cultura y valores posmodernos por parte de estos movimientos es frontal y aparentemente radical, aunque la complicidad corporativa en la gestación y desarrollo de los mismos genere dudas significativas sobre sus verdaderos objetivos. 7. Por otro lado, también desde el ámbito de lo que se ha venido considerando como “izquierda”, los movimientos frontalmente contrarios al posmodernismo corporativo están teniendo un significativo despertar en Occidente. Podemos citar en este sentido al importante movimiento de Sarah Wagenknecht en Alemania, a Robert Kennedy en Estados Unidos, o al nuevo gobierno socialdemócrata de Eslovaquia. 8. Por último, la amenaza más grave y directa para el posmodernismo corporativo la constituye el enfrentamiento geopolítico con los países emergentes, liderados por Rusia y China. Los países emergentes, aunque partiendo de distintas culturas e ideologías, rechazan de forma frontal y rotunda los valores posmodernos occidentales. El actual choque geopolítico necesariamente va a extender este rechazo al menos a una parte fundamental del mundo, y todo hace pensar que ello va a llevar inevitablemente a Occidente a un cuestionamiento definitivo de valores tan destructivos como son los propios del posmodernismo corporativo. No, los que creíamos que iban a ser los valores del siglo XXI, no van a serlo. Éste es un documento elaborado por EKAI Center dentro del Proyecto GOGOZ, siguiendo la metodología de consenso HURBIL. Gracias por tu interés. Sigue con nosotros. PDF:
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