Especial | El brutal destino de Rudolf Höss, el comandante de Auschwitz
“Un hombre condenado camina hacia el patíbulo. Cuatro soldados polacos lo acompañan, sin hacer ningún ruido, sin siquiera mirarlo. El semblante anodino de este hombre, otrora comandante del mayor campo de exterminio de toda la Segunda Guerra Mundial, les genera repulsión; sin embargo, dicha repulsión no es generada por sus facciones, sino porque debajo de ese rostro humano se esconde uno de los monstruos más grandes que ha visto la humanidad”.
Se puede perdonar a uno por creer que la conciencia había muerto en la Alemania nazi. La larga lista de crímenes contra la humanidad cometidos en una guerra de exterminio fueron de tal magnitud, que quienes los concibieron, planearon y ejecutaron debieron ser demonios, no hombres. Sin embargo, la historia de Rudolf Höss, comandante del campo de concentración de Auschwitz-Birkenau, refleja una vez más que detrás de todo el frenesí de la devoción a los ideales de la raza aria y la obediencia cieg