ARCHIVO: Cuando Stalin pidió moderación a Largo Caballero

Este programa fue emitido el 16 de junio de 2017, lo rescatamos por su interés. Contra lo que dice la propaganda, la realidad es que el Gobierno del Frente Popular nunca fue democrático, y mucho menos desde que estalló la guerra civil. Lo que se instaló en septiembre de 1936, con el socialista Largo Caballero, fue un gobierno revolucionario. Y tan extremista fue su política, que la propia Unión Soviética se vio obligada a intervenir para aconsejar moderación. El 28 de diciembre de 1936, la cúpula colegiada del Kremlin –Stalin, Molotov y Voroshilov- dirige con la mayor formalidad una extensa y amable carta a Largo Caballero en la que le recomienda atemperar la revolución, reforzar las instituciones parlamentarias y proteger los intereses de los campesinos y la pequeña burguesía. ¿Qué estaba ocurriendo? Dos cosas. Una, que el caos de la revolución estaba empezando a ser visto por la población de la zona republicana como un despotismo inaguantable, lo cual sin duda era transmitido a Moscú por los numerosos agentes soviéticos presentes en España. La otra, que la deriva bolchevizante del Frente Popular, unida al escándalo de las matanzas de Madrid, estaba persuadiendo a la opinión internacional de que la España del Frente Popular no era un régimen democrático, sino más bien una “república comunista” (son palabras de Stalin), y eso ejercía un pernicioso efecto no sólo sobre la neutralidad de terceras potencias en el conflicto español, sino también sobre la propia posición soviética, que podría verse acusada de fomentar un Estado satélite en España. La carta de Stalin es muy reveladora: le pide a Largo Caballero que se atenga a los procedimientos parlamentarios, que proteja fiscalmente las propiedades de los campesinos, que se gane a la clase media garantizándoles sus derechos y propiedades, que asegure la libertad de comercio y, literalmente, “evitar que los enemigos de España vean en ella una República comunista”. Y es que en la España republicana no había democracia alguna. El Parlamento había desaparecido en la práctica. El Gobierno actuaba de forma completamente autocrática, allá donde podía imponerse a los comités. Los campesinos, contra toda la propaganda oficial, se estaban viendo sumamente perjudicados por la política revolucionaria y vivían las colectivizaciones como un simple expolio. La pequeña burguesía urbana –comerciantes, profesionales, etc.- se sentía perseguida y aterrorizada. Los socios “moderados” del Frente Popular habían sido excluidos del poder real. Y las potencias extranjeras empezaban a sentirse amenazadas. Esta era la verdadera faz de la España republicana a finales de 1936. ✔ Para ver todos los programas completos haz clic aquí: ✔ SUSCRÍBETE a nuestro canal ✔ Si quieres conocer TODA VERDAD SOBRE LA ACTUALIDAD visita nuestra web
Back to Top