#126 Las 6 puertas del enemigo, con D. Javier Luzón

«El mejor truco del Diablo fue convencer al mundo de que no existía». Con esta frase de Baudelaire, citada por Kevin Spacey en la magistral ’Sospechosos habituales’, se resume perfectamente la técnica del Enemigo para atacar a los humanos. Siempre a través de subterfugios, disfraces y, con frecuencia, de actos aparentemente inocuos. Muchos son los que dudan de la existencia del Diablo, de la realidad de las posesiones o los exorcismos. Otros, más o menos afortunados según se mire, no pueden dudar porque lo han visto o sufrido en carne propia. Santos como el Cura de Ars o el Padre Pío convivían con influencias demoníacas: libros que se movían, cuadros que caían sin motivo, camas que giraban a velocidades de vértigo impidiéndoles dormir. A día de hoy, unos 800 exorcistas dedican su vida a combatir la presencia de “inmundos“. España es el segundo país con mayor población de este tipo de sacerdotes
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