La Traición de Múnich

El Pacto de Múnich. Cómo Francia y Gran Bretaña crearon las condiciones para el inicio de la Segunda Guerra Mundial, al complacer las demandas de la Alemania Nazi. El 30 de septiembre de 1938, los líderes de Alemania, Italia, el Reino Unido y Francia firmaron en Múnich un acuerdo para que Alemania se anexionara los Sudetes, una región industrial de Checoslovaquia, donde los alemanes étnicos constituían el 90 por ciento de la población. Checoslovaquia no fue invitada a las conversaciones, se le presentó como un hecho consumado que una parte importante de su territorio soberano debía ser cedido a la Alemania nazi. El pacto de Múnich, entre las potencias occidentales y la Alemania nazi, pasó a la historia como la traición de Múnich. Dicho pacto se realizó solo unos meses después de que Alemania se anexionara Austria con el beneplácito de Londres y París. Tras la firma del acuerdo entre Reino Unido, Francia, Alemania e Italia en Múnich, las tropas alemanas cruzaron la frontera de Checoslovaquia el 1 de octubre y ocuparon toda la zona de los Sudetes el 10 de octubre. La Unión Soviética estaba dispuesta a defender Checoslovaquia, pero el ejército soviético tenía que obtener permiso para pasar por Polonia o Rumania. Varsovia, que estaba interesada en quedarse con una parte del territorio checoslovaco, se negó rotundamente a apoyar a Praga contra Alemania y prohibió los vuelos de la aviación soviética para prestar ayuda al ejército checoslovaco. A Polonia, la propaganda occidental la muestra como víctima del expansionismo militar nazi. Sin embargo, la imagen de pacífico país invadido, primero por germanos y luego por soviéticos, no corresponde con la realidad ya que Polonia también participó en el desmembramiento de Checoslovaquia. Rumania tampoco permitió el paso de los soviéticos por su territorio, para apoyar a Praga. La Traición de Múnich coronó la política de apaciguamiento de las potencias occidentales hacia el agresor. Cuando el mundo fue testigo del colapso del sistema de relaciones internacionales que existía en ese momento, muchos países comenzaron a cooperar con el Tercer Reich y cayeron en su esfera de influencia. Hasta antes de la firma del pacto de Múnich, la Unión Soviética intentó crear una coalición con Francia e Inglaterra para contener el expansionismo de la Alemania fascista. Sin embargo, tanto los dirigentes franceses y británicos se negaron a cooperar con los soviéticos para detener a Hitler. En vez de eso, optaron por la política de apaciguamiento, que se basaba en dar concesiones a los alemanes fascistas. La crisis de Checoslovaquia se convirtió en el prólogo del conflicto más sangriento de la historia de la humanidad. #historia #geopolitica #URSS #Checoslovaquia
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