Romance de Castilla en Armas. De Federico de Urrutia

Romance de Castilla en Armas. De Federico de Urrutia Recitado por José María Pemán Cativiela Por la parda geografía de la tierra castellana, cara al sol de los trigales los falangistas cantaban. Allá en la plaza del pueblo, bajo la iglesia dorada, las mozas están llorando.... ¡Madre, los mozos se marchan! El traje de los domingos, el trillo, el heno y la azada, los caballos de la feria y la novia que bordaba. ¡Todo ha quedado en la aldea bajo la iglesia dorada! –¿Por qué te vas a la guerra? –¡Madre, la Patria me llama! Ávila yace en silencio en su muralla apretada. Segovia en recogimiento dormita bajo su Alcázar. En Toledo se apagaron los idilios de la Cava. Burgos y Valladolid marcharon a la Cruzada. Y quedó muda de amores la Plaza de Salamanca. Todos los hombres se fueron al comenzar la batalla. El Cid –lucero de hierro– por el cielo cabalgaba, con una espada de fuego en fraguas del sol forjada. El agua se volvió sangre en la margen del Jarama. Y cerca de San Servando el Tajo, que antes bañaba milagros de verde fruta por la vega toledana, mirando al Alcázar roto por las noches suspiraba. Cantos de trinchera bordan los picos del Guadarrama, y ya el Alto del León de los Leones se llama. En el Cerro de los Ángeles, que los ángeles guardaban, ¡han fusilado a Jesús! ¡Y las piedras se desangran! ¡Pero no te asustes, Madre! ¡Toda Castilla está en armas! Madrid se ve ya muy cerca. ¿No oyes los gritos de ¡Arriba España!? La hidra roja se muere de bayonetas cercada. Tienen las carnes abiertas y las fauces desgarradas. Y el Cid –lucero de hierro– por el cielo azul cabalga... Allá lejos, en el pueblo, bajo la iglesia dorada, junto al fuego campesino, miles de madres rezaban por los hijos que se fueron vestida de azul el alma. ¡No llores, Madre, no llores, que la guerra está ganada! Y antes que crezcan los trigos volveré por la cañada, y habrá fiestas en el pueblo y voltearán las campanas y habrá alegría en las mozas, y alegría en las guitarras y desfiles por las calles y tambores y dulzainas y banderas de Falange sobre la iglesia dorada. ¡Madrid se ve ya muy cerca! La Falange se alzó en armas. Laurel en el rojo y negro de sus banderas bordadas. ...Por la parda geografía de la tierra castellana clavadas en los fusiles, las bayonetas brillaban. Y el Cid, con camisa azul, por el cielo cabalgaba... (Poemas de la Falange eterna, 1938, pp. 25-30) Federico de Urrutia Voz de José María Pemán Cativiela Pequeña biografía de Federico de Urrutia
Back to Top