La impunidad del horror de los falsos positivos

Los defensores de derechos humanos que denunciaron las ejecuciones extrajudiciales durante el gobierno de la “seguridad democrática” fueron víctimas de una campaña de desprestigio para vincularlos con las FARC y de una cacería criminal de la policía secreta de la Presidencia que los interceptó y persiguió sin orden judicial porque Uribe los declaraba como “enemigos“ en sus discursos ante las tropas militares.
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