Bach, el jazz y la improvisacion (I)

El caso de Bach es único en la historia de la música: ningún otro compositor ha dejado en las generaciones siguientes una huella tan profunda en el estilo, tan prolongada en el tiempo y tan apreciable en los oyentes. El dominio sin parangón del contrapunto y el carácter atemporal y abstracto que emana su música han sido fuentes inagotables de inspiración. Hasta el extremo de que, como pocos otros autores, Bach ha traspasado las fronteras estilísticas para alentar reinterpretaciones en clave de jazz, con el carácter libre e improvisado que caracteriza a esta música. El siglo xx (y el xix, y también el xxi) fue el siglo de Bach. La fascinación por su música impulsó la interpretación históricamente informada que −paradójicamente− aportó una libertad capaz de enriquecer sonoridades y significados desde una lectura aparentemente escrupulosa de las fuentes. Por otra parte, la omnipresencia de Bach también afectó al ámbito del jazz, y diversos intérpretes convirtieron sus partituras en standard jazzísticos. Después de todo, en Bach podían encontrar sólidas estructuras armónicas y reconocibles motivos melódicos que servían como punto de partida para la improvisación. El 1959, el Jacques Loussier Trío publicaría el primero de sus discos basados en obras de Bach, ingeniosamente titulado Play Bach. Como era de esperar, las críticas fueron numerosas, tanto por parte de los “bachianos” como, sobre todo, por parte de los amantes del jazz. Sin embargo, la influencia de Bach sería imparable y se haría patente en corrientes como el third stream (que en los años cincuenta trataba de tender puentes entre el jazz y la música clásica) y en músicos como Bill Evans o Keith Jarrett. Los preludios y fugas de El clave bien temperado han sido particularmente apreciados entre los músicos de jazz como base para sus improvisaciones. En el concierto de hoy, Jean Baptiste Trotignon interpretará una selección de piezas de esta colección e improvisará antes, después o en medio de estos preludios. El recital comenzará con el Preludio en Do mayor BWV 846, construido sobre una sucesión de arpegios, que Gounod convertiría en sostén armónico de su Ave Maria. Mediando el concierto podrá escucharse el aria “Erbarme dich, mein Gott” [¡Ten piedad de mí, Dios mío!] de la Pasión según San Mateo BWV 244, uno de los pasajes más emotivos de esta composición, que evoca musicalmente la soledad, las lágrimas y la amargura a las que hace alusión el texto. El programa concluirá con el Preludio en Si bemol mayor BWV 866, una suerte de tocata rápida que incluye una serie de cadencias de carácter concertístico y se cierra con un etéreo conjunto de arpegios ascendentes. Improvisaciones sobre las siguientes obras Johann Sebastian Bach (1685-1750) Preludio en Do mayor BWV 846 Fuga en Do mayor BWV 846 Preludio en Fa menor BWV 881 Preludio en Mi menor BWV 855 Preludio en Fa sostenido menor BWV 883 Fuga en Si bemol menor BWV 867 Preludio en Si bemol menor BWV 867 Erbarme dich, mein Gott, de la Pasión según San Mateo BWV 244 Preludio en Re menor BWV 851 Preludio en Re mayor BWV 850 Preludio en Sol menor BWV 861 Fuga en Sol menor BWV 861 Preludio en Si bemol mayor BWV 866 BAPTISTE TROTIGNON piano BAPTISTE TROTIGNON estudió piano y música de cámara desde los seis años y descubrió el jazz y la improvisación en la adolescencia. Sus primeros álbumes a comienzos de la década de los 2000 atrajeron la atención del público, que pronto lo reconoció como uno de los miembros más espectaculares, completos y encantadores de una nueva generación de pianistas. Desde entonces, ha actuado en las principales salas dentro y fuera de Francia y ha ganado numerosos premios: el Premio Django Reinhardt, el Victoires du Jazz y el Grand Prix en el Concurso Internacional de Piano Martial Solal. En los siguientes años ha desarrollado un buen número de encuentros eclécticos, actuando con artistas como Tom Harrel, Aldo Romano o Brad Mehldau. Su primer álbum “americano”, Share, grabado en Nueva York en 2008, fue un gran éxito al que siguió un disco grabado en directo en Londres. Tras recibir en 2011 el Gran Premio de Sacem por su labor como compositor, lanzó el disco Song Song Song, en el que celebró su amor por el arte del canto e invitó a artistas como Melody Gardot. También fue nombrado Compositor del Año en los Victories de la Musique Classique por su primera pieza orquestal, un concierto para piano titulado Different Spaces. En 2016 firmó un contrato con el sello Sony Music.
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